Si una población utiliza mayor superficie de terreno productivo del que dispone en su región, decimos que produce déficit ecológico.
Si la huella ecológica de una población es más pequeña que la capacidad de carga del territorio en el que habita, esta población es autosuficiente ya que no consume más recursos de los que dispone su territorio. Es autosuficiente y sostenible.
Si la huella ecológica de una población es mayor que la capacidad de carga del territorio en el que habita, esta población tiene déficit ecológico ya que utiliza más tierra de la que la población dispone.
Esta población está utilizando tierras productivas de otros lugares del mundo o bien recursos de las generaciones futuras.
Hay que tener en cuenta que la huella ecológica no tiene en cuenta los impactos que una comunidad realiza sobre la naturaleza.
-No cuenta la contaminación del suelo, aire o agua y erosión que producimos.
-Se asume que las prácticas agrícola, ganaderas, pesca, forestal, son sostenibles y no disminuyen con el tiempo el potencial de productividad. Cosa que siendo no es cierto puesto que en la actualidad son prácticas insostenibles.
A pesar de no tener en cuenta estos factores la huella ya nos dice que estamos por encima de nuestros límites por lo que con eso es suficiente para tenerlo en cuenta.
Aún así, es posible ser un país desarrollado y reducir la huella ecológica. Para ello hay que ser eficientes ecológicamente como Alemania o Dinamarca que aplican modelos energéticos que promueven energías renovables y limpias.
El planeta pese a que está por encima de sus posibilidades no se acaba de golpe sino que lo que sucede es que consumimos los recursos de las generaciones venideras. O sea, nos estamos comiendo el pan y destrozando el hogar de las siguientes generaciones.
Hacer algo está en nuestras manos.
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